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martes, 6 de septiembre de 2011

Aprendiendo de mi experiencia...

Es curioso observar a los niños pequeños, porque un momento estar felices y al siguiente se enojan y te pegan. Sus juegos van cambiando con su edad y van personificando diferentes personajes. En mi casa hay un niño de 2 años, Juan Pablo, y le gusta mucho ver películas.

Aprendió varios valores de estas películas, como la amistad, la lealtad, la sinceridad y la hermandad. Cuando juega le gusta que lo acompañes y que, al igual que él, representes un personaje. Hemos notado que se aprende los diálogos de lo más representativo de cada película y nos llama para que todos participemos en la reproducción de las mismas.

La situación con Juan Pablo es muy especial. Siendo la mayor de cuatro hermanos puedo afirmar que la noticia de su llegada fue sorprendente para todos, incluidos mis papás. Pero a pesar de la diferencia de edad de todos en mi familia lo aceptamos con alegría y lo siempre procuramos su bien.

Mi mamá lo cuidó durante 1 año y tienen una estrecha relación, ella sabe cuando necesita algo. Mi papá lo quiere mucho y aunque lo consiente demasiado y eso nos trae algunos conflictos a veces, sabe bien como llevar su relación.

En mi opinión, el maternaje, proceso socioafectivo en la mujer cuando tiene al niño, nos alcanzó a todos en la familia y sabemos perfectamente que quiere o que le molesta. Definitivamente un bebé en la familia es un acotecimiento inigualable.

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